TRISTES HOMBRES
El resto de animales. Aquellos seres cuya existencia tiene
tan poco que ver con la existencia humana, pero aun habiendo un abismo de por
medio, les necesitamos para satisfacer una serie de demandas que, a menudo, son
poco determinantes para nuestra supervivencia. Sin aludir a la condición
omnívora de los seres humanos, los cuales en un ejercicio de eticidad o de
rechazo pueden elegir comer carne o no, me refiero a la acción humana en
relación a la destrucción de hábitats naturales y , por consiguiente, a la
derivada extinción de especies animales. El deterioro y, en última instancia,
la destrucción de estos hábitats es causada por alteraciones como la
contaminación ambiental, la progresiva e imparable construcción de
infraestructuras asociada a la urbanización, la deforestación y una lista de
actividades que , directa e indirectamente, afectan a la sostenibilidad
existencial de la amplia totalidad de especies del Planeta. Quizá existan
individuos que leyendo lo anterior discrepen al respecto ya que la construcción
de infraestructuras, por ejemplo, supone
un hecho claramente determinante para la optimización vital de los seres
humanos. Pues bien, permítanme decirles que más
determinante sería la contención de la actividad humana en lugares naturales y
más relevante sería el mantenimiento existencial de especies en vías de
extinción- en vías y no en peligro, ya que puede conducir a un grave error pensar que una especie al
estar en peligro no esta inmersa, de manera total, en el proceso de extinción. Pues sí, lo está y
muy posiblemente será una especie que existió. Solo eso, una especie que se
verá en fotografías en un futuro no muy lejano-. Y déjenlo ahí, por favor. No
aceptaría, de ninguna de las maneras, un
cuestionamiento sobre la hipotética importancia de urbanizar lugares naturales.
No mientras los lugares desocupados de varias ciudades españolas, por ejemplo, puedan dar cobijo a
gran parte de las personas sin hogar de nuestro país.
Por tanto, se considera parcialmente verdadera la definición
que la mayoría de individuos realiza al aludir al maltrato animal. Yendo más
allá de lo acontecido puntualmente y en casos particulares, sería importante
que la gente entendiera que el maltrato animal no es solo la violencia física
ejercida contra estos, sino que atiende también a la continua degradación que
la humanidad causa en los hábitats naturales, por medio de la constancia
destructora a la que sometemos al resto de especies animales evidenciando, una
vez más, la irracionalidad humana. Consciente e inconscientemente siempre
maltratamos al resto de animales.
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