El 12 de mayo de 2005, el Juzgado
de Menores de Guipúzcoa dictó sentencia en contra de los agresores de Jokin. Este joven de 14 años, terminaría suicidándose
a causa del acoso al que sus compañeros de clase le estaban sometiendo. Todo
empezó cuando empezaron a culpar a Jokin de que los padres de algunos de sus
compañeros se hubieran enterado de que fumaban hachís. A partir de ese momento,
el joven se convirtió en el blanco de su cuadrilla de amigos. En un principio,
lo excluyeron de su círculo de amigos; después, comenzaron a prodigarle
sistemáticamente ataques verbales y físicos. Lo que en un principio suponían
pequeños golpes o collejas, acabó convirtiéndose en patadas y puñetazos. La
situación fue empeorando, especialmente a causa de un problema intestinal por
la que Jokin defecó en plena clase. Esto provocó una oleada de burlas de sus
compañeros, una serie de “bromas pesadas” (como ponerle papel higiénico en el
pupitre) que propiciaron que el joven Jokin terminara precipitándose al vacío.
El caso de Jokin fue el primero
que tuvo una repercusión mediática en España; y no sólo mediática, si no que a
partir de él, se empezó a estudiar más profundamente el fenómeno del bullying,
y se empezaron a tomar medidas más drásticas para combatirlo y penalizar a los
agresores. Es triste que en nuestra sociedad, tenga que pasar algo dramático
para que tomemos conciencia de ello y lo combatamos. El fenómeno del acoso
escolar no era, ni mucho menos, algo novedoso cuando estalló en los medios el
suicidio del pobre Jokin; es más, en España se llevaba estudiando a partir de
1999 y en otros países, incluso, desde finales de los 80. Entonces, ¿por qué se
permitió que esto llegara a suceder? ¿Es que nadie era consciente de la
situación que sufría el niño? ¿Qué paso con sus agresores? ¿Qué se les dijo a
sus familiares? Años después, el caso ha caído en el olvido y estas preguntas
quedan en el aire.
Parece que el “sacrificio” de
Jokin no ha servido para nada: es un fenómeno que se sigue dando con una
frecuencia preocupantemente elevada en los centros escolares; la legislación, a
pesar de existir, raramente se conoce y se aplica; nadie denuncia este tipo de
situaciones, y cuando vemos algún suceso de este tipo seguimos pensando que es
un caso aislado, raro; que es un fenómeno que ha existido siempre y, por ello,
debe seguir existiendo o es imposible que desaparezca. Pues esto no es así. Es
posible luchar contra el acoso escolar y prevenirlo si sabemos cómo. Por ello,
voy a dedicar las siguientes entradas a explicar qué es, cómo se produce y cómo
se combate este fenómeno.
no estoy de acuerdo que se por culpa de sus compañeros de halla suicidado ademas este no es el único caso que se a dado y no se a podido prevenir el suicidio por la precion que le pasa a este mundo
ResponderEliminar