lunes, 30 de abril de 2012


QUIEN SIEMBRA VIENTOS RECOGE TEMPESTADES
Cuando un progreso para la humanidad- en cualquier ámbito de esta- implica un retroceso moral o, lo que es mucho peor, un perjuicio para el planeta que habitamos, nos encontramos ante un serio problema. Cierto es que dicho progreso, en el sentido amplio de la palabra, alude a todos aquellos procesos o ámbitos modificables que estando interrelacionados, causal y consecuencionalmente, definen la casi total imposibilidad de lograr avances óptimos en uno de ellos sin producir alguna repercusión negativa en otro u otros. Pues bien,  mientras que ese otro proceso o ámbito sea humano y afecte solo a la humanidad, podremos tener la conciencia tranquila todos aquellos que damos prioridad a la salubridad del Planeta sobre los intereses meramente humanos. Se debería entender que los seres humanos no somos más que el resultado de una serie de condiciones que posibilitan la vida en la Tierra.
La humanidad lleva perpetrando un genocidio ambiental mucho tiempo. Agota, de manera irresponsable e irracional, diversos recursos naturales sin tomar conciencia real de lo que supone dicho agotamiento;  acelera el cambio climático a pasos agigantados sin tomar medidas que,  en la práctica y de manera significativa, palien dicho cambio; incendia bosques, contamina mares y una incontable lista de acciones que no hacen más que ir dinamitando la sostenibilidad del Planeta,  produciendo daños latentes  y en muchos casos irreparables, para el resto de seres vivos terrestres y marinos.
Aún con ello, todavía queda algo de esperanza, todavía siento que por medio de la concienciación y racionalidad a ultranza- mientras que la destrucción del Planeta esta en manos de unos cuantos individuos, su defensa y reconstrucción precisa de la acción conjunta de toda la humanidad- se puede de manera colectiva y unitaria, optimizar la salubridad del Planeta. Si no es así, nos mereceremos lo peor; terremotos que entierren nuestras ciudades, tsunamis que inunden nuestras casas, tornados que se lleven todo. Todo lo poseído y poseíble,  eliminando de manera voraz el materialismo existente en nuestras sociedades, y en última instancia, y si la humanidad no entiende la importancia de cuidar el lugar que habitamos, la extinción como especie. Solo en ese momento, la Naturaleza dará a la humanidad lo que, debido a su obstinación degradante y destructiva, se merece.

miércoles, 18 de abril de 2012

De la ley del hijo único... a las Habitaciones de la Muerte


En 1979, el Gobierno chino fue consciente de que si no limitaban la población o la reducían se acabaría produciendo un enfrentamiento por el alimento, debido a la desorbitada tasa de población que se alcanzaría en un territorio tan reducido. Para evitar que se diera esta situación, el Comité Central del Partido Comunista en China aprobó un decreto, que obligaba a las familias a tener un solo descendiente (lo que se conoce como política del hijo único).

El gobierno chino emprendió muchos esfuerzos para que esta ley fuese cumplida, lo que desembocó en una oleada de coacción y violencia hacia una inmensa cantidad de población china. Muchas madres embarazadas fueron forzadas a abortar (incluso estando a pocos días del parto de su bebé); se mataba a los niños todavía estando en el vientre de sus respectivas madres, quienes daban a luz a hijos muertos que las autoridades se encargaban de hacer desaparecer; recién nacidos a los que se les introducía en un cubo de agua antes de que pudieran respirar por primera vez o a los que se les ponía una inyección letal que acababa con sus vidas. Mujeres a las que se les esteriliza, sin su consentimiento ni conocimiento, en el transcurso de otros tratamientos médicos. Hombres que son encarcelados hasta que sus mujeres se someten al aborto o a la esterilización. Familias a las que se les deja sin agua ni electricidad hasta que aceptan abortar...

Otra de las consecuencias que trajo consigo la política del hijo único fue el abandono masivo de niñas. Tradicionalmente, en la cultura china las mujeres siempre han sido ciudadanas de segunda clase relegadas a los hombres, puesto que éstos eran los que perpetuaban la estirpe y los que se encargaban de la economía familiar. Esta herencia ha llegado hasta el siglo XX, incluso hoy día sigue existiendo. Las mujeres suponen una carga económica para la familia hasta que se casan, por tanto, como las familias sólo podían tener únicamente un descendiente, preferían que éste fuera varón. Cuando un matrimonio tenía una hija, o un hijo discapacitado, bien la mataba (en los casos más extremos), o bien la abandonaba. Las niñas abandonadas tenían dos posibilidades para sobrevivir: eran recogidas por bandas callejeras que las utilizaban en la mendicidad, o eran acogidas en orfanatos.

En 1995, se pudo ver en España un documental (Las habitaciones de la muerte) que hizo sacar a la luz las condiciones infrahumanas en las que mantenían a los niños en estos orfanatos. Mantenían a las niñas atadas con las piernas abiertas (para que pudieran hacer sus necesidades) en sillas debajo de las cuales tenían puesto un orinal, las dejaban tumbadas de manos y pies atadas, sujetándolas el pecho con una especie de corpiño para mantenerlas erguidas;  metían a varios niños en una misma cuna en habitaciones que alcanzaban los 40ºC, o abandonaban a los niños enfermos en una habitación hasta que morían a causa de la propia enfermedad o de inanición. En algunas ocasiones ni siquiera separaban a los niños moribundos del resto, sino que morían junto a los demás hasta que alguien retiraba los cadáveres.

Gracias a este documental (que recomiendo y puedes ver pinchando aquí ) se dio a conocer en una gran cantidad de países la situación que vivían estas niñas, provocando una oleada internacional de adopciones de niñas chinas. Por otro lado, aunque el gobierno chino nunca reconoció oficialmente que se dieran tales situaciones en sus orfanatos, tomó diversas medidas al respecto: fomentó las adopciones internacionales, lo que supuso un boom internacional de adopción de niñas chinas, convirtiéndose China en el país en el que más adopciones internacionales se realizan, a pesar de que el sistema es lento y caro.

Otra de las consecuencias de la ley del hijo único es un envejecimiento de la población en estos últimos 20 años, y un fuerte desequilibrio de sexos (un estudio revela que en china hay 32 millones más de niños menores de 20 años, que de niñas) que puede llegar a tener consecuencias muy negativas en un futuro. Esto ha hecho que el Gobierno chino implante una serie de medidas para intentar reducir el número de abandonos o asesinatos de niñas, al mismo tiempo que fomentan la adopción nacional en detrimento de la internacional:

·         La relajación de la ley de natalidad, que hace que en determinados casos (como el nacimiento de una primogénita o de un primogénito discapacitado) se permita la concepción de un segundo hijo.
·         Elevadas multas a quienes se salten la ley del hijo único. Si esta multa no se paga el niño no podrá ser registrado como ciudadano chino, impidiendo todo lo que ello conlleva (como la escolarización).
·         El incremento de la disposición de las familias chinas a adoptar, lo que ha hecho reducir el número de adopciones internacionales, ya que los requisitos de adopción para padres no chinos se han endurecido y ha hecho que aumente el tiempo de espera de adopción internacional, pudiendo llegar hasta los cuatro años. Con ello se ha reducido el nº de adopciones entre el 50% y el 80%.
·         Endurecimiento de los requisitos de adopción internacionales, como: tener menos de 50 años, estar casados, no haber tomado medicamentos antidepresivos en los dos últimos años, no padecer obesidad, no ser ciegos, sordos y/o mudos, personas a las que les hayan trasplantado un órgano hace menos de 10 años (y si ha habido un rechazo del órgano, aunque lo hayan superado no pueden adoptar)...
Si quieres conocer todos los requisitos actuales que se solicitan a las familias adoptantes de niñas chinas pincha aquí .

Actualmente, cada vez más familias chinas se oponen a la ley del hijo único, incluso algunas lo han llevado a los tribunales. (Recomiendo ver el video de esta noticia  pinchando aquí ).

martes, 17 de abril de 2012

UNA VIOLENCIA QUE NO SE VE



Abuso verbal (rebajar, insultar, ridiculizar, humillar, utilizar juegos mentales e ironias para confundir, poner en tela de juicio la cordura de la victima)
Abuso económico ( control abusivo de finanzas, recompensas o castigos monetarios, impedirle trabajar aunque sea necesario para el sostén de la familia, haciéndole pedir dinero, solicitando justificación de los gastos, dándole un presupuesto límite, haciendo la compra para que ella no controle el presupuesto)
Aislamiento (control abusivo de la vida del otro, mediante vigilancia de sus actos y movimientos, escucha de sus conversaciones. Impedimento de cultivar amistades, restringir las relaciones con familiares)
Intimidación (asustar con miradas, gestos o gritos, mostrar armas, cambios bruscos de ánimo)
Amenazas (herir, matar, suicidarse, llevarse a los niños, irse)
Desprecio y abuso emocional (tratar al otro como inferior, tomar las decisiones importantes sin consultarte, utilización de los hijos, se la denigra intelectualmente)






…¿porque no se considera todas estas actuaciones  igual de graves que el maltrato físico?...

Todo el mundo conoce y es consciente del maltrato físico entre las parejas, un maltrato que cada día nos recuerdan con muertes o agresiones muy graves en todos los medios de comunicación. Un maltrato que es muy difícil de eliminarlo de nuestra sociedad. 
Pero existe otro tipo de maltrato en el seno de la pareja que es la violencia psicológica, se le suele dar menos importancia por el simple echo de considerarla objeto de menor repercusión en la salud del individuo que la soporta. Aunque el abuso físico puede ocurrir sin abuso emocional, lo más frecuente es que el maltratador comience con maltrato psicológico y acabe con maltrato físico. No obstante, no siempre es así necesariamente, y a veces nunca llegan a dar el paso al maltrato físico y continúan con el abuso emocional  durante años.
Muchas víctimas han juzgado  la humillación, la ridiculización y los ataques verbales como más desagradables que la violencia física experimentada, porque el peor aspecto de los malos tratos no es la violencia misma, sino  la "tortura mental" y el "vivir con miedo y aterrorizados".
Nos encontramos ante un tipo de violencia “invisible”, que no se le da la importancia y la gravedad necesaria que requiere, este tipo de violencia  puede entenderse como cualquier conducta verbal que atenta contra la integridad emocional de la víctima, en un proceso continuo a fin de producir en ella intimidación y  sentimientos de culpa o sufrimiento.

Por último, recalcar la escasa eficacia de las medidas de seguridad que no son una ayuda a la hora de la verdad, ya que las victimas deben sufrir el acoso del maltratador/a una vez denunciado/a. Un mero papel de alejamiento no es un muro infranqueable para el agresor, y eso lo sabemos todos. Las penas en este sentido deberían endurecerse, igual que en el caso de denuncias falsas.
Además hay que decir que el trato en muchas ocasiones a las personas maltratadas deja mucho que desear, dejando patente lo mucho que hay que luchar en este sentido todavía, pues si vas al lugar en el que supuestamente deben escucharte y te encuentras un infeliz ¿que se puede esperar?



martes, 10 de abril de 2012


Es un tema delicado...

Hace unas semanas ocurrió un caso que no puede dejar indiferente a nadie. En Marruecos una menor fue violada y posteriormente obligada a casarse con su agresor. El maltrato al que fue sometida durante meses debió ser de tal que la menor, en un acto de desesperación, se quitó la vida ingiriendo veneno para ratas.
Todos los que vivimos en esta parte del globo sentimos indignación, vergüenza y rabia al leer esta información. Sin embargo en oriente medio esto parece ser de lo más normal, es más, la culpa de todo esto es de la propia menor a la que llamaban “sucia” o “prostituta”…  Estos hechos, como el de la mujer violada en Afganistán y que además fue condenada a 12 años de prisión,  que a nosotros nos provocan sentimientos de total rechazo son amparados por sus propias leyes (art. 475 del código penal) . Las cuales permiten la práctica de estas vejaciones, en donde el agresor puede eludir la pena de prisión si accede a casarse con la víctima, en donde existe el llamado “Muduwana” que no es más que un código que se inventó para justificar la denigrante situación a la que es sometida la mujer en Marruecos desde hace siglos. Es cierto que en los últimos 10 años las leyes se han ido flexibilizando pero aún así no dejan de ser prácticas arcaicas y que se basan en la “interpretación” de los textos bíblicos realizadas por unos fanáticos religiosos.
Al sean prácticas que se ejercen desde hace siglos la sociedad las entiende como normales y casi no se cuestionan. Aún así se están creando cada vez más movimientos y asociaciones en contra de la represión social que sufre la mujer, lo que nos da una mínima esperanza de que en el futuro podamos ver la tan esperada igualdad de derechos en los países del norte de África y Oriente medio.

 Enlace a la noticia: 

lunes, 9 de abril de 2012

NO a la violencia de género


La violencia a la mujer está ligada a tiempos remotos por su posición subordinada en la familia patriarcal. La mujer antes, y todavía hoy en algunos países, pasaba de las “manos” del padre a las “manos” del marido dándoles obediencia y sumisión. Estaban excluidas socialmente y fue, con la revolución industrial cuando la mujer empezó a tener mayor participación en la vida social aunque los abusos siguen presentes.
En España las agresiones a la mujer pasaron en 1998 de ser un asunto privado, que sólo concernía a la pareja, a un problema social, que también compete a las autoridades. Hoy en día la mujer ha alcanzado mayor grado de independencia gracias a sus esfuerzos por emanciparse y salir al mercado laboral y no ser mero objeto de trabajo doméstico para y por el hombre. Aun así, una de cada tres mujeres en el mundo ha padecido a lo largo de su vida un acto de violencia de género, ya sea físico (maltrato) o psíquico (abuso). Muchas de ellas tienen una distorsión de la realidad y piensan que no diciendo nada "cambiará" la actitud negativa de sus parejas, cuando en realidad lo que el hombre hace es normalizar la situación cada vez más e incluso agravar esta conducta. Muchos hombres se han socializado en el modelo de que las mujeres están a su servicio, y creen que "tienen derecho a dominar a la mujer". Además, aunque ha aumentado el número de denuncias por parte de la mujer, aun son pocas porque la mujer no percibe la denuncia como el principio del fin, sino que temen a que la situación pueda empeorar.