miércoles, 23 de mayo de 2012

LA VUELTA A LA TORTILLA

Es realmente curioso el cambio evolutivo que ha sufrido la enseñanza a lo largo del tiempo.

 Antiguamente los maestros eran un referente de autoridad al que todo alumno debía prestar obediencia absoluta. Incluso eran los propios padres de los alumnos los que daban permiso a los maestros para castigar físicamente a sus hijos si estos no hacían la tarea o no se comportaban correctamente. Junto a los padres, los maestros eran los encargados de educar a los niños y jóvenes según las creencias e ideales establecidos socialmente como correctos.




 Hoy en día vemos algunas de las prácticas de enseñanza o castigos que estos maestros utilizaban como desmesurados para cualquier niño, como por ejemplo los capones o los golpes con la regla. En cambio no reaccionamos cuando en la actualidad continúa existiendo esa forma de maltrato sólo que con un cambio de papeles.

Según el Colegio de Profesores, en la actualidad se tramitan dos o tres denuncias cada semana de profesores maltratados física y sicológicamente por parte de sus alumnos. Este número aumenta  durante los últimos tres meses de clases, cuando los alumnos y padres se vuelven más agresivos, principalmente porque se enfrentan a la situación académica que viven sus hijos y por el estrés acumulado durante el año.

Aunque la violencia no es necesariamente la única de incitar a niños y jóvenes a faltar el respeto o a agredir a sus maestros. También influye el poder que los adultos les otorgan, haciéndoles sentir en todo momento que son intocables y que no pueden tomar represalias contra ellos.

 En la actualidad la práctica asociada al maltrato académico que más se practica es la difusión en Internet de imágenes denigrantes de profesores, sobre todo de la enseñanza secundaria. Esto se propagó por el uso generalizado del teléfono móvil y las redes sociales, según la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD)

Según las estadísticas del Defensor del Profesor en el periodo septiembre 2008-febrero 2009, Un 12% del profesorado cree que las grabaciones y fotos en Internet es uno los principales problemas a los que se tienen que enfrentar, cifra que aumenta cada año.

 La violencia escolar es un problema afecta a todos los países igualitariamente sea cual sea su grado de desarrollo, así como el sexo de sus víctimas.

Entre un 10 y un 20% de los factores de riesgo son asociados con la monoparentalidad, aunque pertenecer a un colectivo social de riesgo no conduce necesariamente a ser una persona violenta. La existencia, por otro lado, de aulas-gueto, o la falta de estabilidad en los equipos docentes, acentúan el problema. Por tanto se convierte también en un problema organizativo.

A efectos legales hoy en día no existe una  igualdad entre profesores y alumnos que cometen este tipo de agresión o maltrato, aunque muy lentamente la ley ha ido modificándose en consideración de los profesores como nuevas víctimas del maltrato escolar.  En diciembre de 2008, la Fiscalía General del Estado mandó una circular a los fiscales para que considerasen que los profesores de los centros públicos tienen la condición de autoridad a efectos penales. De ahí que se utilice la palabra “atentado” cuando es un alumno el que maltrata a un profesor.

Según el Código Penal, se considera culpable de atentado a quien emplee la fuerza o intimide gravemente a "la autoridad, a sus agentes o funcionarios públicos”



El profesor teóricamente está protegido por la Ley 18.834, que en su artículo 84 señala que “los funcionarios tendrán derecho a ser defendidos y a exigir que la institución a la que pertenezcan persiga la responsabilidad civil y criminal de las personas que atenten contra su vida o su integridad corporal, ya sea por el desempeño de sus funciones, o que los injurien o calumnien en cualquier forma”. Pero en la práctica El profesorado no dispone de suficiente respaldo ante estas agresiones. Muchos no denuncian para protegerse de posibles represalias
 
La conclusión que podemos observar que el maltrato tanto físico como psicológico ha existido durante todas las etapas históricas en el ámbito escolar y sigue existiendo actualmente, aunque con un cambio de papeles. La educación de los niños comienza siempre en casa, y no es responsabilidad del profesor, el cual tiene la función de enseñarle el programa de su asignatura y no normas de convivencia. Dado esto, las leyes deberían endurecerse para los menores, La Justicia debería crear juzgados especializados para tratar los temas de violencia escolar. Y la administración debería dar soluciones efectivas para los escolares que no quieren continuar.

 Por otro lado debería existir la contratación de más personal no docente como mediadores culturales o educadores sociales y planes específicos, y programas de cualificación profesional para menores de 16 años.

No debemos mirar hacia otro lado sea quien sea el maltratador, tenga 15 años o 50, debemos denunciar este tipo de acoso para reparar el pilar principal de la enseñanza que actualmente se encuentra inexistente: EL RESPETO MUTUO.


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